
Todo sucedió el sábado a la noche cuando al intentar ingresar a la estación de servicio de la esquina de Garibldi y Lavalle, el auto descapotable de alta gama llamó la atención del personal municipal y de la Policía local que realizaba el operativo en el lugar.
Al pedirle al conductor la documentación de rutina, encontraron que el joven que manejaba, identificado como Marcelo Silva (tiene unos 30 años y domicilio en Quilmes), no contaba con licencia ni ningún papel que acreditara la propiedad del auto, y que la patente estaba adulterada: le habían pegado stickers para dificultar su lectura.
Además, no llevaba matrícula delantera, algo común en este tipo de vehículos: sus dueños no encuentran lugar y evitan perforar la carrocería para poner la chapa reglamentaria..
El conductor no se resistió a ser parado por los agentes y habría argumentado que el exclusivo auto, del cual sólo ingresaron cinco a la Argentina, pertenece a una empresa. Tras recibir la multa, quedó en libertad pero bajo investigación.