Más de mil integrantes de la Universidad Nacional de Lanús (UNLa), entre estudiantes, docentes,
trabajadores no docentes y autoridades, participaron este martes de la histórica marcha en defensa de la
universidad pública que desarrolló desde el Congreso hasta Plaza de Mayo, donde tuvo lugar el acto
central pero que también se replicó en numerosos puntos del país.

La convocatoria en la UNLa fue tal que se colmaron los 20 micros dispuestos para el traslado e incluso
hubo manifestantes que se trasladaron participando del multitudinario “trenazo universitario” que organizó
toda la comunidad educativa pública del conurbano.
El rector de la UNLa, Daniel Bozzani, se encontró con sus colegas rectores en la Plaza del Congreso y
de ahí marcharon juntos hacia Plaza de Mayo donde formaron parte del escenario principal del acto con
los dirigentes estudiantiles y de los docentes y nodocentes.
“Es un gran acompañamiento, es un momento de unidad, en un momento donde todo realmente está
catastróficamente planteado, y es un desarme de todo el sistema público y estatal, no solo de las
universidades, sino que nos preocupa enormemente el rol de todo el Estado”, había expresado el rector
de la UNLa en la previa del acto en diálogo con Página 12.
Testimonios
Tras la marcha, Lourdes Guerrero, presidenta de Federación Universitaria de Lanús (FUNLa) dijo
estar “muy emocionada por la movilización del 23A” porque si bien desde el movimiento estudiantil
“estábamos convencidos de que iba a ser sumamente contundente, la verdad es que nos sorprendió la
cantidad de gente que se solidarizó con nuestra causa, con que se actualicé el presupuesto de la
universidades”, aseguró.
Por otra parte, manifestó que, “particularmente en lo que es la Universidad Nacional de Lanús, para
nosotros fue un día muy histórico porque marchamos en unidad” de los diferentes claustros para
representar lo que para nosotros significa la universidad pública, pero sobre todo la UNLa que es nuestra
casa, lo que amamos y lo que transitamos. Y la verdad es que allá (en Plaza de Mayo) se nos sumaron
compañeros y compañeras que fueron por su cuenta más tarde”.
Y concluyó: “Fue muy gratificante porque quiere decir que algo nos está haciendo ruido, que hay un
montón de compañeros y compañeras que se están solidarizando porque esta situación nos afecta a
todos y a todas así que muy contenta por eso. Espero que el señor Presidente y su gabinete entiendan y
les quede claro que la educación pública no se regala ni se remata. Eso salimos a demostrar, que
estamos pelando por nuestro futuro”.
En la misma línea, Juan Donati, secretario general de la Asociación de Docentes e Investigadores de
la UNLa (ADUNLa), indicó “que fue una movilización pacífica y mucho más masiva de lo que nosotros
nos imaginábamos”. En ese sentido resaltó que el acompañamiento fue “de prácticamente toda la
comunidad académica de las universidades, con la diversidad y la pluralidad que eso significa. Lo cual es
un orgullo y también es un llamado de atención a Javier Milei porque es una unánime la postura de la
comunidad académica en contra del ajuste que está haciendo a las universidades”.
Sin embargo, anticipó que desde ADUNLa siguen en “estado de alerta y movilización junto con nuestra
federación (FEDUN), decidiendo los pasos a seguir” y que, por lo pronto, tienen “el paro general de la
CGT en una semana”.
Por su parte, Julián Di Silvestro, secretario general de la Asociación de Trabajadores y Trabajadoras
de la UNLa (ATUNLa), expresó que “la demostración de fuerza de la marcha es la de un pueblo digno y
de pie” y que “estamos empezando a ver cómo el sistema democrático empieza a dar algunas
respuestas” en cuanto “a ponerle límites a un gobierno que intenta avasallar la Constitución, las leyes y
los derechos” y que en definitiva “se empieza a encontrar con esa barrera de contención, que es en que
es la manifestación del pueblo expresando su férrea voluntad”.
Por último señaló que las organizaciones gremiales tienen “la obligación de convocar y ser guardianes de
los derechos de todos los trabajadores y trabajadoras y del pueblo en general”. Y que en definitiva, la
marcha fue “una inmensa alegría con la esperanza de que sea también un parteaguas, no solo en la
posibilidad política del gobierno de replantearse algunas cuestiones, sino y sobre todas las cosas, en la
construcción de un frente de resistencia muy grande, potente y variopinto que pueda que pueda contener
desde la diversidad. Ese es el gran desafío que tenemos ahora por delante”, concluyó.



